domingo, 3 de febrero de 2013
El apego al Maestro
Cuando el Maestro se hizo viejo y enfermó, los discípulos no dejaban de suplicarle que no muriera. Y el Maestro les dijo:
- Si yo no me voy, ¿cómo podréis llegar a ver?
... ...¿Y qué es lo que no vemos mientras tu estás con nosotros?
Pero el Maestro no dijo ni una palabra. Cuando se acercaba el momento de su muerte, los discípulos le preguntaron:
¿Qué es lo que no vamos a ver cuando tu te hayas ido?
Y el Maestro les respondió:
- Todo lo que he hecho ha sido sentarme a la orilla del río y daros agua.
Cuando yo me haya ido, confío en que sepáis ver el río...
domingo, 4 de noviembre de 2012
Réquiem a un amigo: PADRE JESÚS MARÍA ARROYO CASTELLANOS
Fuiste llevado al país de la vida eterna
Tu morada desde ahora es el descanso
Tu vestido, la luz, donde el sol
brilla sobre tu frente para siempre.
En tu vida
formaste con nosotros, una familia comunitaria y de “amor”
Entre
campesinos, obreros, urbanos e indígenas
Fuiste siempre sincero, sencillo, de fe y obra.
Es así que poco apoco con tu ejemplo nos fuiste
transformando
Y fuimos aprendiendo de ti, las cosas buenas
que sembraste.
Nos enseñaste a ser solidarios, caminando
siempre junto al inválido,
Dando la mano al ciego y ayudando al
que muere abandonado.
Hoy sólo
nos queda tu recuerdo y tu Resurrección está entre nosotros
En
nuestras luchas y fracasos, en nuestras dificultades y pruebas,
Estarás
con nosotros en las tristezas,
Para
comunicarnos el entusiasmo de tu alegría.
Por siempre y para siempre, tu amiga fiel,
Betsy Cobeña
Lago Agrio, 3 de julio de 2012
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jueves, 6 de septiembre de 2012
SIEMPRE EN MI CORAZÓN
Con gran
pena, dolor y tristeza doy gracias a Dios por haber tenido un tío como tú.
En mi
corta pero intensa relación contigo he aprendido a quererte y tener auténtica
admiración por ti.
Echaré de
menos tu voz y tu presencia, tus experiencias en aquellas tierras lejanas, la
inquietud de tu próxima llegada, los ánimos para que siga estudiando y tus
consejos.
Te pido
que desde el Cielo cuides a mi abuela (Nieves) para que pueda afrontar esta
nueva etapa sin ti, a mi padre, al tío Toño y a todos tus sobrinos y
resobrinos.
Me despido de ti sabiendo que siempre estarás en mi
corazón y yo en el tuyo.
Te recordaré siempre
Te recordaré siempre
Álvaro
Y Cuida también a tus Hermanos Carmelitas para que continúen tu labor.
Y Cuida también a tus Hermanos Carmelitas para que continúen tu labor.
viernes, 31 de agosto de 2012
"Do not stand at my grave and cry, I am not there... I did not die..."
Son dos meses ya y sin darme cuenta siento
de nuevo lágrimas rodar por mis mejillas involuntariamente, mientras mis
ojos siguen buscando la sonrisa tierna y paternal del Maestro y Amigo
en el lugar de siempre. Y es entonces que en mi interior vuelvo
a escuchar sus palabras llenas de Amor, llenas de" sustancia y no de
viento", allí donde solo pocos llegan y con infinita dulzura tocan, restauran
y siembran. Pocos, si, de aquellos que son perseguidos por amar a sus
ovejas, por conocerlas y cuidar de ellas, por sacrificarse por ellas, en
lugar de solo pretender dirigir con arrogancia rebaños desconocidos.
Quizás no recorrí muchos caminos a su lado (todos los
que hubiera querido) pero de su mano descubrí caminos desconocidos en el
fondo de mi corazón. Quizás no llegamos a escribir ni concretar tantos y
tantos sueños, pero bien supo imprimir junto a las Teres y San Juan de
la Cruz las letras más bellas en el libro de mi vida. Tal vez no llegó a
enseñarme a construir andamios, pero edificó y consolidó con maestría
la fortaleza espiritual de mi alma. Si, quedaron tantas preguntas sin
respuestas, tanto por aprender, tanto por crecer, tanto por hacer...
Estos días estuve contemplando sus árboles, su río, sus
caminos, su gente y volví a extrañar de nuevo su abrazo enorme y
cálido, pero de pronto su Luz y su Alegría inundaron con fuerza lo
profundo de mi ser. Y al cerrar mis ojos pude escuchar su voz repitiendo
que "Dios nos dio la vida para ser felices, inmensamente felices!!"
y comprendí que más allá de cualquier entendimiento, la esencia de Padre
Jesús simplemente está viva, está aquí, sigue aquí y sigue vivo! En esa
felicidad infinita que nos transmitió y nos transmite, en cada
recuerdo, en cada memoria, en cada corazón. En cada vida que tocó e
iluminó. En todo lo que significó Jesús Arroyo, el misionero íntegro,
valiente, humano. Porque así como Jesús el Señor no murió, el Amor nunca
muere, y Jesús Arroyo fue, es y será siempre Amor.
Gracias infinitas Señor por el honor, el privilegio y
la bendición de haber recibido en nuestro pequeñito Ecuador al hermoso
regalo de vida que fue Padre Jesús Arroyo.
María Fernanda Hidalgo Ayala
"Do not stand at my grave and weep,
I am not there... I do not sleep.
I am the thousand winds that blow...
I am the diamond glints on snow...
I am the sunlight on ripened grain...
I am the gentle autumn rain.
When you waken in the morning's hush,
I am the swift uplifting rush
Of gentle birds in circling flight...
I am the soft star that shines at night.
Do not stand at my grave and cry—
I am not there... I did not die..."
I am not there... I do not sleep.
I am the thousand winds that blow...
I am the diamond glints on snow...
I am the sunlight on ripened grain...
I am the gentle autumn rain.
When you waken in the morning's hush,
I am the swift uplifting rush
Of gentle birds in circling flight...
I am the soft star that shines at night.
Do not stand at my grave and cry—
I am not there... I did not die..."
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lunes, 27 de agosto de 2012
"Él está con nosotros ¿quién contra nosotros?"
Y la vida se impone, la definitiva... la plenitud se va haciendo claridad
en la vida del Arroyo, cada vez más sorprendido como solía hacerlo
entre nosotros, ante las pequeñas cosas que nos rodean... cuánto más
ante la plenitud de Dios en su vida... Ya te veo hermano "como un niño
pequeño en manos de su Padre" así dice el salmista... "Ven Bendito de mi
Padre" te repetirá el Nazareno y tu certeza de AMOR será regocijo total
por un Dios infinitamente tierno que traspasará tu profunda mirada y te
acurrucará en su regazo. Anda Arroyo, disfruta de lo que tan bien
conoces porque lo practicaste: el AMOR, anda y siéntete libre, bromea y
tómale el pelo a tus amigas Teresa y Teresita, que tienes mucho que
hacer en el cielo... haciendo el bien en la tierra.
De nosotros, los 4ever, y me imagino Isamis, ocds y demás... no te preocupes, estaremos atentos y pro-activos como nos quieres, esto es de Dios y si "Él está con nosotros ¿quién contra nosotros?" Descansa trotamundos que el cielo necesita de tus ocurrencias y nosotros queremos llevarte dentro y desde allí volvernos a abrazar.
sábado, 18 de agosto de 2012
VIAJE A LA MISIÓN DE SUCUMBÍOS
Por invitación que se nos hiciera de parte de Mons. Gonzalo López
Marañón a la Misión de Sucumbíos; el día jueves 30 de septiembre del 2004, con
ánimo dispuesto partimos desde la ciudad de Quito a las 6:30 de la mañana en dos
carros con el Padre Jesús Arroyo, Padre Vinicio Pástor, Padre Pedro Luis
Rodríguez, Hna. Marcia Presidenta de la Asociación “San José”, las Hnas.
Elizabeth, Patricia, Alicia, Silvia y Hna. Beatriz de la Consolación. A la
salida de la ciudad se cargó de gasolina los vehículos, pasamos por Pifo cerca
al terreno donde va a ser el monasterio del Carmen Bajo, por Papallacta el
tiempo estaba nublado y lluvioso; al paso observamos el lugar donde se
accidentó el Padre Emilio y en otro el Padre Guillermo Caballero ¡Que en paz
descansen!, más adelante en una tienda compramos caramelos para compartirlos
con nuestros compañeros del otro carro, al llegar al Chaco nos bajamos y
entramos a un pequeño restaurante para tomar algo de comer y comentar algo del
viaje. A lo largo del viaje observamos cerca de la carretera los oleoductos del
petróleo, se presentaban muchos espacios y lugares para tomar fotos, mientras
avanzábamos el camino, no se veía que salgan camiones ni buses de Sucumbíos; lo
que hacía pensar que tal vez haya algún derrumbe y nos quedaríamos por ahí,
pero gracias a Dios no era así, todo iba bien. Seguidamente pasamos por Borja y
otros pueblitos, cruzamos ríos pequeños como el Salado, el Malo, el Bueno,
entre San Rafael y Lumbaqui que está el Volcán Reventador; ahí todavía se podía
observar el desastre causado cuando erupcionó hace dos años, también conocimos
las dos cascadas y que más abajo se observa otra, pasamos a Cascales, a lo
lejos divisamos un puente colgante; el de San José construido por Tony (el Suizo);
nos acercamos y entramos por un desvío, nos bajamos de los autos y lo cruzamos
al Rio Aguarico, nadie se mostró con miedo, desde el otro lado sacamos fotos y
regresamos para avanzar el camino, nos encontramos con capillitas, escuelitas
una de ellas La 5 de Marzo; El Padre Pedro Luis comentaba del esfuerzo y
colaboración de la gente, también decía que la gente se va a sorprender al
vernos a nosotras como monjas y con este tipo de hábito. Llegamos a Sevilla
encontramos al Padre José Septién quien nos esperó con el almuerzo preparado y
junto con algo que habíamos llevado nos servimos todos, luego fuimos a mirar
las 4 piscinas donde crían los peces (tilapias) había una más
pequeña donde los
cuidaban a los más pequeños, había también una oveja africana cubierta la piel
de pelo y no de lana. Luego el Padre Jesús con toda la ilusión y el interés del
caso, nosa enseñó a través de la computadora el espacio geográfico de todo el
Proyecto de la Misión: la Casa de espiritualidad, la casa de acogida y el lugar
donde va a ir el Monasterio. Luego salimos de Sevilla a las tres de la tarde
pasando pequeños pueblitos llegamos a la Universidad Agropecuaria “Doña Godina”
de Santa Cecilia; un trabajo de la Misión que hace que la gente aprenda el
proceso de cultivo de las plantas, el cuidado de los animales. Pues aquí los
alumnos reciben los materiales necesarios para hacer producir en sus casas,
luego llevan esa producción a la universidad en donde elaboran con ello: la
mantequilla, el queso, el yogurt, además en este aspecto se ve que se aprovecha
toda materia prima, inclusive con el estiércol de los chanchos y de las vacas
se procesa el gas, un recurso que les sirve para el funcionamiento de las
maquinarias y de este modo la preparación y formación les sirve para adquirir un
título profesional. Luego visitamos la Emisora Sucumbíos, pues el personal que
trabaja aquí son muy amigos y aprecian mucho a nuestros Padres Carmelitas, muy
atentos nos explicaron parte del funcionamiento de los equipos en las
diferentes dependencias de la radio: un trabajo minucioso, de mucha dedicación,
responsabilidad y trascendencia para toda la audiencia como medio de
comunicación, también pudimos visitar el Colegio “Pacífico Sembranos”, la
Catedral del lugar que se encontraba en proceso de construcción.
Entre oscuro y claro del día llegamos a la Casa del Vicariato donde nos
recibió Mons. Gonzalo López, celebró una santa Misa porque no habíamos
comulgado y como acción de gracias al Señor, enseguida nos servimos una
deliciosa cena para luego retirarnos al descanso. Al otro día tuvimos un bonito
amanecer, el cantar de la naturaleza, el ruido del Río Napo nos hablaba de la
bondad de Dios y con mucho entusiasmo nos disponíamos para recorrer Isamis;
conocer como están organizadas las comunidades indígenas Shuaras, cofanes.
Luego nos dirigimos a Puerto Libre, en medio de una gran congregación, nos
preparábamos todos para vivir la Eucaristía presidida por Mons. Gonzalo López y
concelebrada con varios sacerdotes; cuya celebración tenía como fin principal
el colocar la Primera piedra para edificar la Casa de Espiritualidad. Luego de
colocar la piedra en el lugar designado, todos nos servimos el almuerzo
preparado con la colaboración de toda gente de buena voluntad, después
visitamos el terreno donde se pensaba construir el monasterio de las carmelitas
descalzas a fundarse con el tiempo. Ya a la tarde nos pusimos en camino de
regreso, a las 7 de la noche llegamos al Chaco, tomamos un café y con salud y
bienestar gracias a Dios llegamos a Quito siendo las 10 de la noche.
Madres Carmelitas
Carmen Alto
Quito
viernes, 17 de agosto de 2012
EN RECUERDO DEL HERMANO Y AMIGO JESÚS ARROYO
No
podemos recordar a Jesús Arroyo solo. No podemos separarlo de sus hermanos
carmelitas descalzos, nos resulta imposible verlo aislado, sin la referencia de
la Iglesia San Miguel de Sucumbíos, de Mons. Gonzalo López Marañón y sin la
cercanía de Pablo Gallego, Juan Berdonces, Juanito Cantero, José Setién, los
sacerdotes diocesanos Edgar Pinos, Pablo Torres, Raúl Ushca, los religiosos y
religiosas y los/as misioneros/as laicos/as Teresa Escuín, Cruz Félez, Magdalena,
Teresa Toribio, Germán Senosiaín, los hermanos de las Comunidades para la
Iglesia y el Mundo (COIM), los animadores/as, los ministerios laicales y tantas otras personas que han ayudado en el
caminar de ISAMIS.
Y
es que en ISAMIS con Mons. Gonzalo López Marañón, los carmelitas descalzos, los
sacerdotes diocesanos, los/as otros/as religiosos/as y laicos/as
comprometidos/as hemos vivido un período en el que hemos sentido la promesa y
nuestra pequeña realidad de lucha y esperanza. Con su entrega y ejemplo hemos entendido
que el pastoreo es un servicio y no una imposición, que no creían que
evangelizar sea mandar y, mucho menos, dominar, sino "dar la vida por las ovejas" (Jn 10,11).
¿Qué
se puede escribir entonces en memoria del hermano y amigo Jesús Arroyo, sobre
todo cuando aún no se termina de asimilar que ya no estará más con nosotros,
cuando se le siente vivo y presente, cuando se espera que en cualquier momento
regrese a continuar las conversaciones y las acciones que quedaron iniciadas y
sin concluir?
¿Cómo
expresar el afecto, la sinceridad, la acogida, la fe profunda, la esperanza y confianza en Dios, el amor a
Cristo y los hermanos, especialmente de Sucumbíos, que sentía y transmitía
Jesús en sus palabras y acciones?
Ciertamente
es difícil hacerlo y por ello nos limitaremos a dar un testimonio que, por ser
subjetivo, no puede menos de ser parcial y limitado.
De
Jesús recordamos su mirada profunda, sus manos grandes que se tendían con
franqueza y amistad, su sonrisa clara que estallaba en carcajada en cualquier
momento, su abrazo fraterno, su claridad de ideas, su calma que brotaba de una
paz interior que ni las peores contrariedades podían turbar.
Misionero
de a pie, de mochila, gorra y botas de caucho, caminante permanente del verde
mar de la selva amazónica. La imagen de Jesús caminando por los barrios de Lago
Agrio, por la selva en visita constante a las comunidades indígenas es el
reflejo de su compromiso por los/as más pobres y olvidados y de su caminar
junto a ellos/as.
Sacerdote
y carmelita de una sola pieza. Ahora que muchos sacerdotes tienen como
principal preocupación el hacer presente su dignidad y autoridad sacerdotal,
debemos decir que Jesús las ejercía sin estridencia ni aspavientos, de forma
natural con la cercanía, el amor y el servicio a los hermanos que, a ejemplo
del Buen Pastor, se esforzaba día a día por ser puerta de entrada y dar cabida
a todas las personas. Nadie en Sucumbíos preguntaba dónde estaba el hábito de Jesús, su persona
era el hábito y el espíritu del Carmelo.
Queremos
ahora recordar 4 imágenes de la vida de Jesús que nos completan su personalidad:
La espiritualidad y pastoral de
Jesús Arroyo
Hemos
tenido la suerte de escuchar algunas reflexiones y meditaciones de Jesús y, si
como dice el evangelio, “de lo que hay en
el corazón habla la boca”, Jesús tenía siempre cono referencia la Palabra
de Dios, el Evangelio de Cristo como buena noticia para todas las personas y,
de manera especial, para los más pobres.
Junto
al Evangelio se reconocía la espiritualidad propia del Carmelo Descalzo, la
Virgen del Carmen, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y Santa Teresita.
No hay duda que la espiritualidad carmelitana era parte integrante de su ser.
¿Y
en el campo pastoral? Su guía era el Concilio Vaticano II y los documentos de
las conferencias episcopales latinoamericanas de Medellín, Puebla, Santo
Domingo y Aparecida. Con estas referencias fue uno de los principales
impulsores de los sucesivos proyectos de
planificación pastoral de ISAMIS,
de una iglesia que siempre quiso caminar con dos pies: la fe vivida en las
comunidades, en los movimientos, en los/as animadores/as y en los ministerios
eclesiales y laicales y el compromiso social a través de las organizaciones
populares.
Concebía
una iglesia comunidad de comunidades, abierta, misionera y comprometida con los
hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Su presencia en las comunidades.
Con
la sencillez del caminante, Jesús llegaba a nuestra comunidad para presidir una
reunión o celebrar la eucaristía en honor de Nuestra Madre la Virgen del Cisne.
De sus labios y boca brotaba la Palabra de Dios de forma clara y sencilla, como
fuente de fe, esperanza y compromiso. Nos invitaba a acercarnos al altar a
compartir el Cuerpo del Señor y a compartir la vida con sus alegrías y
tristezas, a comprometernos en la lucha por una sociedad más justa y fraterna.
La
liturgia viva, la reflexión comunitaria, la celebración festiva de los
sacramentos, la fe en Cristo Resucitado y en la Mamita Virgen se hacían
presentes en nuestras vidas con la
sencillez de niños que se sienten amados y acogidos por Dios.
No
creía era necesario recurrir a trucos de funambulista, parafernalia rimbombante u
oropeles llamativos, para él la fe se debía expresar de forma cálida e íntima
en el seno de la comunidad cristiana.
En la acción y compromiso social.
La
acción social de ISAMIS y de Jesús es inseparable de su trabajo de
evangelización. El apoyo a la creación y formación de organizaciones populares
ha sido y es una de las acciones principales del vicariato. Los programas
sociales de ISAMIS a favor de los/as niños/as y adolescentes sin hogar, en el
campo de la educación, de la salud, del desarrollo sostenible, de los derechos
humanos eran parte constitutiva de la
pastoral del Vicariato de Sucumbíos. Jesús sentía una especial cercanía con las
organizaciones populares, con sus luchas, propuestas y reivindicaciones.
Un
hecho concreto:
El
12 de octubre de 1992 con motivo del aniversario de los 500 años de la invasión
de América las comunidades indígenas de Sucumbíos decidieron bloquear las vías
para impedir la circulación terrestre. Las mujeres de la Comuna Kichwa 5 de
Agosto junto con sus hijos e hijas pequeños se posicionaron en las cercanías de
Lago Agrio, poniendo, como mínimo obstáculo, unos pequeños palos. Un petrolero
borracho arremetió contra la pequeña barricada y atropelló a las mujeres y sus
niños/as, murieron 3 mujeres y 3 niños en el acto, pero las mujeres heridas y
sus niños fueron 12, muchos/as de gravedad. Al recibir la noticia fuimos con
Jesús al hospital donde vimos que no estaban recibiendo la atención requerida
por la falta de medios y que muchas de las heridas merecían un tratamiento
especializado que no era posible en Lago Agrio. Inmediatamente nos dirigimos al
campamento de Petroecuador (Petroamazonas, en ese tiempo) y exigimos la venida
del pequeño avión de la compañía estatal para trasladar a Quito a las personas
más graves; a fuerza de insistir y de presionar a las autoridades, logramos que
el avión sirviera de ambulancia aérea en esta emergencia para 8 personas.
Lamentablemente en Quito falleció una joven mujer indígena más, pero el resto
pudo salvarse. Y es que para Jesús la vida era la principal prioridad que debía
defenderse por encima de todo.
Jesús y la resistencia ante el
abuso de Los Heraldos
La
llegada de los Heraldos del Evangelio supuso una ruptura violenta y agresiva
contra lo que había sido la pastoral y la vida de ISAMIS. Los Heraldos del
Evangelio eran un error y un horror. En Sucumbíos las personas de las
comunidades y los que habíamos participado de la experiencia de ISAMIS no nos pudimos enseñar a sus modos y maneras, nos dolían
enormemente sus ademanes rígidos, sectarios y prepotentes; no podíamos aguantar
su talante para-militar, su lucimiento de capas, trono, cetro y corona, en vez
de sandalias, amor, sudor y cayado. Nos dolían sus agresiones, calumnias y su
afán por destruir todo lo edificado a lo largo de tantos años de lucha y
esfuerzo. No era justo, no era evangélico, ni siquiera era aceptable humanamente.
Desde Sucumbíos y, tras la
expulsión de los carmelitas, desde Quito Jesús animó la resistencia ante esta
agresión que, al final, fue reconocida como un error por la propia Conferencia
Episcopal Ecuatoriana y el estado, que terminaron pidiendo a los Heraldos que
se retiraran de Sucumbíos.
Para Jesús lo más
importante era que las comunidades y las organizaciones populares siguieran vivas.
En los
momentos más duros que hemos vivido en el último año y medio Jesús nos decía: “Tenemos
que seguir adelante, debemos seguir caminando, defender a ISAMIS es ser fieles
al Señor, es un servicio a la Iglesia y al pueblo de Sucumbíos”. Tenía muy claro que con la salida de Monseñor
Gonzalo las cosas no iban a ser igual, pero siempre mantuvo la confianza en las
comunidades, en los movimientos eclesiales y en las organizaciones populares y
en su capacidad para continuar adelante.
Veía
con gran esperanza el camino de reconciliación iniciado con el ayuno de Mons.
Gonzalo y seguido con valentía por Mons. Paolo Mietto; creía que, a pesar de
las dificultades, era posible recuperar la unidad, conciliando las diferencias
en la construcción de una Iglesia Viva y Misionera.
Nuestro
hermano y amigo Jesús Arroyo nos ha dejado, lo recordamos con la esperanza que
nos viene del Jesús Vivo, del Padre Dios
y del Espíritu Vivificador. Su
vida ha sido un regalo del Señor y como tal agradecemos su amistad, testimonio
y entrega, como un don que se dio hasta el final.
El P. Jesús
vive ahora en Dios, en las comunidades y en las organizaciones, camina junto a
nosotros y nosotras y, por eso, no podemos detenernos. Nos ha dejado
su mochila, su rosario y la Palabra del Señor, que eran su único equipaje para
caminar por la selva en sus permanentes visitas a las comunidades indígenas,
las campesinas, los barrios pobres, con las mujeres y los jóvenes; grupos de
vida a las que tanto amaba.
Nos llama e
invita a recoger su mochila, a ponernos de nuevo las botas de caucho y con las
únicas armas de la Palabra de Dios, con la fe, la esperanza y el
amor, seguir el camino. Los que lo hemos conocido y amamos a la
Iglesia de San Miguel de Sucumbíos seguimos caminando con dolor por su pérdida,
pero convencidos de que estamos construyendo el Reino de Dios.
Tenemos la
seguridad de que el P. Jesús nos acompaña.
Xabier
Villaverde
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