Fuiste llevado al país de la vida eterna
Tu morada desde ahora es el descanso
Tu vestido, la luz, donde el sol
brilla sobre tu frente para siempre.
En tu vida
formaste con nosotros, una familia comunitaria y de “amor”
Entre
campesinos, obreros, urbanos e indígenas
Fuiste siempre sincero, sencillo, de fe y obra.
Es así que poco apoco con tu ejemplo nos fuiste
transformando
Y fuimos aprendiendo de ti, las cosas buenas
que sembraste.
Nos enseñaste a ser solidarios, caminando
siempre junto al inválido,
Dando la mano al ciego y ayudando al
que muere abandonado.
Hoy sólo
nos queda tu recuerdo y tu Resurrección está entre nosotros
En
nuestras luchas y fracasos, en nuestras dificultades y pruebas,
Estarás
con nosotros en las tristezas,
Para
comunicarnos el entusiasmo de tu alegría.
Por siempre y para siempre, tu amiga fiel,
Betsy Cobeña
Lago Agrio, 3 de julio de 2012
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