Por invitación que se nos hiciera de parte de Mons. Gonzalo López
Marañón a la Misión de Sucumbíos; el día jueves 30 de septiembre del 2004, con
ánimo dispuesto partimos desde la ciudad de Quito a las 6:30 de la mañana en dos
carros con el Padre Jesús Arroyo, Padre Vinicio Pástor, Padre Pedro Luis
Rodríguez, Hna. Marcia Presidenta de la Asociación “San José”, las Hnas.
Elizabeth, Patricia, Alicia, Silvia y Hna. Beatriz de la Consolación. A la
salida de la ciudad se cargó de gasolina los vehículos, pasamos por Pifo cerca
al terreno donde va a ser el monasterio del Carmen Bajo, por Papallacta el
tiempo estaba nublado y lluvioso; al paso observamos el lugar donde se
accidentó el Padre Emilio y en otro el Padre Guillermo Caballero ¡Que en paz
descansen!, más adelante en una tienda compramos caramelos para compartirlos
con nuestros compañeros del otro carro, al llegar al Chaco nos bajamos y
entramos a un pequeño restaurante para tomar algo de comer y comentar algo del
viaje. A lo largo del viaje observamos cerca de la carretera los oleoductos del
petróleo, se presentaban muchos espacios y lugares para tomar fotos, mientras
avanzábamos el camino, no se veía que salgan camiones ni buses de Sucumbíos; lo
que hacía pensar que tal vez haya algún derrumbe y nos quedaríamos por ahí,
pero gracias a Dios no era así, todo iba bien. Seguidamente pasamos por Borja y
otros pueblitos, cruzamos ríos pequeños como el Salado, el Malo, el Bueno,
entre San Rafael y Lumbaqui que está el Volcán Reventador; ahí todavía se podía
observar el desastre causado cuando erupcionó hace dos años, también conocimos
las dos cascadas y que más abajo se observa otra, pasamos a Cascales, a lo
lejos divisamos un puente colgante; el de San José construido por Tony (el Suizo);
nos acercamos y entramos por un desvío, nos bajamos de los autos y lo cruzamos
al Rio Aguarico, nadie se mostró con miedo, desde el otro lado sacamos fotos y
regresamos para avanzar el camino, nos encontramos con capillitas, escuelitas
una de ellas La 5 de Marzo; El Padre Pedro Luis comentaba del esfuerzo y
colaboración de la gente, también decía que la gente se va a sorprender al
vernos a nosotras como monjas y con este tipo de hábito. Llegamos a Sevilla
encontramos al Padre José Septién quien nos esperó con el almuerzo preparado y
junto con algo que habíamos llevado nos servimos todos, luego fuimos a mirar
las 4 piscinas donde crían los peces (tilapias) había una más pequeña donde los
cuidaban a los más pequeños, había también una oveja africana cubierta la piel
de pelo y no de lana. Luego el Padre Jesús con toda la ilusión y el interés del
caso, nosa enseñó a través de la computadora el espacio geográfico de todo el
Proyecto de la Misión: la Casa de espiritualidad, la casa de acogida y el lugar
donde va a ir el Monasterio. Luego salimos de Sevilla a las tres de la tarde
pasando pequeños pueblitos llegamos a la Universidad Agropecuaria “Doña Godina”
de Santa Cecilia; un trabajo de la Misión que hace que la gente aprenda el
proceso de cultivo de las plantas, el cuidado de los animales. Pues aquí los
alumnos reciben los materiales necesarios para hacer producir en sus casas,
luego llevan esa producción a la universidad en donde elaboran con ello: la
mantequilla, el queso, el yogurt, además en este aspecto se ve que se aprovecha
toda materia prima, inclusive con el estiércol de los chanchos y de las vacas
se procesa el gas, un recurso que les sirve para el funcionamiento de las
maquinarias y de este modo la preparación y formación les sirve para adquirir un
título profesional. Luego visitamos la Emisora Sucumbíos, pues el personal que
trabaja aquí son muy amigos y aprecian mucho a nuestros Padres Carmelitas, muy
atentos nos explicaron parte del funcionamiento de los equipos en las
diferentes dependencias de la radio: un trabajo minucioso, de mucha dedicación,
responsabilidad y trascendencia para toda la audiencia como medio de
comunicación, también pudimos visitar el Colegio “Pacífico Sembranos”, la
Catedral del lugar que se encontraba en proceso de construcción.
Entre oscuro y claro del día llegamos a la Casa del Vicariato donde nos
recibió Mons. Gonzalo López, celebró una santa Misa porque no habíamos
comulgado y como acción de gracias al Señor, enseguida nos servimos una
deliciosa cena para luego retirarnos al descanso. Al otro día tuvimos un bonito
amanecer, el cantar de la naturaleza, el ruido del Río Napo nos hablaba de la
bondad de Dios y con mucho entusiasmo nos disponíamos para recorrer Isamis;
conocer como están organizadas las comunidades indígenas Shuaras, cofanes.
Luego nos dirigimos a Puerto Libre, en medio de una gran congregación, nos
preparábamos todos para vivir la Eucaristía presidida por Mons. Gonzalo López y
concelebrada con varios sacerdotes; cuya celebración tenía como fin principal
el colocar la Primera piedra para edificar la Casa de Espiritualidad. Luego de
colocar la piedra en el lugar designado, todos nos servimos el almuerzo
preparado con la colaboración de toda gente de buena voluntad, después
visitamos el terreno donde se pensaba construir el monasterio de las carmelitas
descalzas a fundarse con el tiempo. Ya a la tarde nos pusimos en camino de
regreso, a las 7 de la noche llegamos al Chaco, tomamos un café y con salud y
bienestar gracias a Dios llegamos a Quito siendo las 10 de la noche.
Madres Carmelitas
Carmen Alto
Quito
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